04 Jun Oración de Dante Gebel por Nayib Bukele y El Salvador en su ceremonia como presidente reelecto
Durante la investidura presidencial de Nayib Bukele, el pastor Dante Gebel ofreció una oración por segunda vez, destacando la importancia de la unidad y la reverencia más allá de las creencias religiosas.
En esta ocasión, Gebel recordó su presencia en el inicio del primer mandato de Bukele, donde también bendijo a la nación.
En su reflexión, el pastor hizo énfasis en la oportunidad histórica que representa este nuevo periodo, instando a los líderes de la nación a buscar la guía de Dios en su gestión, citando pasajes bíblicos como 2 Crónicas 7:14.
«Pedimos la bendición para el Presidente, su familia, los miembros del gabinete, la Asamblea Legislativa, el Tribunal Supremo y todos los que son responsables en el liderazgo de esta nación y ahora República del Salvador», dijo el pastor en su oración.
simismo, Gebel hizo una remembranza del país hacia la promesa que Dios le hizo a Moisés, instando a que siempre la búsqueda del Señor y la obediencia a Él traerá bendición a su tierra.
«Si ustedes obedecen los mandamientos que les he dado, serán el pueblo favorito de toda la tierra, Recibirán siempre los milagros de Dios que mencionó el Presidente hace un rato», dijo.
“Dios los bendecirá dondequiera que vayan, en el campo y en la ciudad. Bendecirá a sus hijos a sus cosechas ganados y todo lo que esta tierra produzca. Dios bendecirá vuestros hogares en los viajes. Serán muy felices en este país en el cual nacieron. Nunca le faltará alimentos. Siempre tendrán pan en la mesa. Dios le dará el Salvador Victoria sobre sus enemigos”, agregó Gebel.
En un momento lleno de emoción, Gebel tomó la legendaria bendición irlandesa del siglo V, atribuida a San Patricio, y la adaptó para los salvadoreños deseando que el camino se levantara para recibirlos, que el viento soplara a sus espaldas siempre a su favor, que el sol brillara cálido en sus rostros y que las lluvias cayeran suavemente sobre sus tierras fértiles.
También deseó que vivieran largos y felices años para conocer a las generaciones futuras.
Finalmente, el pastor concluyó su oración con una solicitud ferviente por la obediencia a los mandamientos divinos y la lealtad a Dios. Afirmó que estas acciones llevarían a El Salvador a convertirse en «el país más importante del mundo».
«Que Dios te bendiga. Hasta siempre. Buena vida», añadió entre los aplausos y alegría del pueblo salvadoreño.